Los seis jóvenes magos aún permanecían a merced de sus enemigos, atados y sucios.
Todos ellos iban saliendo hacia el jardín principal y con varitas en mano.
Sin embargo, solo uno de ellos no fue capaz de ponerse la máscara de mortífago... Era Draco Malfoy.
Desde la ventana de su habitación, miraba hacia el jardín y a los que allí estaban, esperándole.
-Draco... ¡Draco!- volvía a llamarle Tom Riddle desde el viejo diario.
El chico volteó de inmediato y con cierto temor.
-Ha llegado la hora, ¿acaso no deseas ver a tu señor?- murmuró éste y abierto por completo.
Éste descendió su mirada y tragó saliva.
-¿Por qué quieren que lo haga yo? Soy un traidor- dijo el muchacho volviendo a depositar sus ojos en el libro.
-Aún llevas la marca, Draco- continuaba con esa voz tan frívola- Estás a tiempo de afirmar tu lealtad hacia mí-.
El joven Slytherin deseaba decir algo, pero alguien llamó a la puerta y el diario se cerró.
-Ya casi es la hora, hijo- dijo Lucius y sin haber cubierto su cara con aquella horrible máscara.
Él solo asintió y volvió a mirar hacia la ventana.
-Prefiero morir- murmuró y sin mirar a su padre. Su mirada estaba apagada y su voz parecía triste y desilusionada.
-¡No digas eso! ¡Te prohíbo que lo digas!- continuaba un dolorido Lucius- Ni tan si quiera lo pienses...- concluyó mientras volteaba a su hijo por los hombros y mirando los grisáceos ojos.
-Es mejor estar muerto que soportar esto para la eternidad- explicó éste y dejando derramar una de sus lágrimas.
Lucius lo abrazó, sabía que tenía razón porque más de una vez él ha deseado lo mismo...
-Debemos ser fuertes ahora- sonrió algo forzado, pues aún sentía una profunda tristeza en su corazón.
El chico asintió levemente y tomó el diario. A punto estuvo de salir de su habitación, pero Lucius lo llamó por su nombre y cuando giró para atender al llamado de su progenitor, observó lo que llevaba en sus manos.
-¿Debo de ponérmela?- dijo con pocos deseos de cubrir su cara con aquella horrible máscara.
-Sabes que es lo que quiere- finalizó mientras cubría el rostro de su hijo.
De repente, un fuerte estruendo llegó a los oídos de todos los presentes. Era un trueno, acompañado de un brillante resplandor. Ya había comenzado a llover, era el momento.
Cuatro mortífagos custodiaban a los seis jóvenes magos que aún estaban encadenados de pies y muñecas.
Hermione no cesaba de llorar, al igual que su amiga y compañera Ginny Weasley.
Entre todos, hicieron un amplío círculo al rededor de una mesa adornada con un pequeño caldero negro y varios utensilios y frascos de pociones.
Era hora de sacar a Harry de su habitación y llevarlo ante aquella mesa, en presencia de todos los que allí estaban.
El joven Potter estaba pálido, casi blanco y con los labios quebrantados y morados.
Su mirada estaba ausente y siempre fija en el suelo.
Su piel estaba helada y sus movimientos eran lentos y débiles.
-Bienvenido, Harry Potter- dijo Morfin con un tono burlón, estaba al frente de aquella mesa y vestido con las mismas túnicas, pero sin su máscara.
Draco y Lucius Malfoy estaban tras la mesa.
-Déjame ver tu cicatriz- dijo mientras levantaba el flequillo de éste y miraba la marca de la frente.
El chico alzó sus verdosos ojos hacia el horrible anciano y tragó saliva.
-Ya casi es la hora- concluyó Morfin y todos alzaron su mirada al oscuro cielo.
No era una lluvia constante, pues solo eran unas pocas gotas y varios estruendos de los relámpagos y truenos.
Finalmente, había anochecido y comenzaron con los preparativos. Los mortífagos que formaban el círculo, decían al unísono unas palabras en parsel una y otra vez; Morfin preparaba el caldero con los frascos que habían allí y Harry fue sintiendo que sus fuerzas, las pocas que tenía, le abandonaban más y más.
El chico no pudo sostenerse en pie y ancló sus rodillas en el suelo mientras respiraba agitadamente. Su cicatriz comenzó a sangrar y el escozor era totalmente insoportable.
Sus amigos lloraban y esperaban su hora, pero Ginny no quiso quedarse callada.
-¡Harry, lucha! ¡Estamos contigo y el amor es más fuerte que el odio! ¡Te quiero, siempre te querré!- gritaba con lágrimas en los ojos.
Los mortífagos seguían recitando, aunque cada vez menguaban más sus voces y la fuerza para poder mirar hacia la pelirroja.
-¡Nosotros también te queremos! ¡Tú puedes vencerle, todos podemos vencerle!- gritaba Hermione, sumándose a su compañera.
-¡Eres más fuerte de lo que crees y Voldemort tiene más miedo de ti que tú de él!- intervino Ron.
-¡Lucha, Harry! ¡No te rindas!- decía Neville.
Esto parecía hacer efecto, pues los mortífagos cesaron en su ritual y miraron hacia el pequeño grupo.
Morfin también había dejado de trabajar en el caldero y ordenó que enmudecieran a los jóvenes.
Pero varios magos llegaron a tiempo y logrando esquivar las trampas de los mortífagos.
-DESMAIUS- hechizó George a un mortífago que había desenvainado su varita.
Se detuvo el ritual y comenzó una batalla entre mortífagos y profesores.
-SECTUMSEMPRA- ordenó Snape y otro mortífago cayó herido.
-¡Malditos!- gruñó Morfin y tomó su varita.
-Expelliarmus- dijo Dumbledore y desenvainó al anciano.
-Dumbledore...- se sorprendió al ver al director.
Aberfoth se acercó hacia el anciano y sin dejar de apuntarle con su varita.
-Has llegado tarde, viejo amigo...- se oyó la horrible voz de Voldemort a través de Harry.
Tanto los mortífagos como los maestros, detuvieron la pelea y miraron hacia el joven Gryffindor.
Éste estaba de rodillas y con una horrible mirada hacia Dumbledore. Aunque el señor oscuro tuviera más fuerza en ese momento, se veía una lucha interna en Harry para poder detener las acciones o la influencia de Voldemort en él.
-Draco, el diario- ordenó Voldemort y poco a poco fue obligando a Harry para que extendiera su mano hacia su compañero Slytherin.
Malfoy quiso negarse, pero en un momento de descuido del director Morfin tomó su varita y petrificó a Dumbledore.
En ese momento, varios dementores aparecieron y atacaron a los demás, menos a los seis jóvenes y a los mortífagos.
-¡Draco, el diario!- volvió a ordenar Voldemort.
El chico se quitó la máscara y se encaminó hacia él para darle lo que tanto deseaba. Sin embargo, una joven pelirroja lo llamó.
-¡No lo hagas, Malfoy, por favor!- rogó con lágrimas en los ojos.
Entonces, los ojos de Harry se depositaron en ella como los de Draco y ordenó a Morfin que le diera su varita, a lo que éste accedió encantado.
Nadie podía hacer nada, debían pelear contra varios mortífagos y cuidarse de los dementores. Los seis jóvenes tampoco podían hacer gran cosa, aún estaban atados y vigilados por los cuatro mortífagos. Draco se veía solo y detuvo su marcha al ver a Harry que apuntaba, en contra de su voluntad, hacia Ginny.
Ella tampoco podía protegerse ni hacer nada, era un blanco fácil y sus compañeros no podían moverse para ayudarla, los mortífagos se encargaron de dejar que éste continuara en lo que estaba haciendo, matar a Ginny.
-Si acabo contigo, Harry morirá y solo yo viviré- dijo éste con una mueca en su rostro. Si mataba a la pequeña Weasley, Harry ya no sentiría amor y la poca fuerza que poseía desaparecería para morir.
-Avada Kedabra- dijo, pero su hechizo no tocó a la joven... Draco corrió para interponerse ante Voldemort y recibir el hechizo por ella.
No había soltado el diario, pero tanto él como el libro recibieron el fuerte impacto y el chico cayó inminente en el suelo.
-¡¡NO!!- exclamó Hermione.
Todos los presentes se sorprendieron de lo que había hecho el joven Slytherin.
-¡¡Estúpido!!- concluyó Voldemort y el cuerpo de Harry se desplomó en el suelo.
El joven Potter estaba inconsciente y parecía como si volviera a ser el mismo de siempre.
Entonces, mortífagos y dementores comenzaron a atacar a sus contrincantes.
Cada vez llegaban más magos, algunos eran del Ministerio de Magia y controlaban a los dementores y otros eran familiares de muchos estudiantes de Hogwarts.
Pansy corrió hacia el joven Slytherin, pero Jessica la tomó de la muñeca.
-¡Deja a ese traidor, debemos ayudar a los nuestros!- ordenaba ésta.
-¡¿Y qué crees que estoy haciendo?!- dijo Pansy muy firme.
Jessica entendió su postura e iba a atacarla, pero George invocó Petrificus Totalus y la dejó petrificada en el suelo.
Mientras tanto, Viktor Krum, acudió para liberar a sus seis compañeros de Hogwarts.
Una vez rotas las cadenas, Hermione no dudó en correr hacia Draco y comprobar su estado.
Viktor estaba enamorado de ella desde que la conoció en el cuarto año de Hogwarts y aún seguía sintiendo lo mismo por ella, por lo que se sorprendió de que ésta no le saludara y acudiera al otro joven.
-Tranquilo, yo estoy en tu misma situación- murmuró Ron y triste al ver a la chica que tanto amó.
Pero poco pudieron hablar, cuatro mortífagos dieron con ellos y debían luchar.
Ginny y Luna corrieron hacia Harry, para poder sacarlo de aquel lugar. Sabían que no estaba muerto, pero el que estuviera inconsciente le preocupaba a la pelirroja.
Mientras tanto, Pansy no cesaba de llorar en el inamovible cuerpo de Draco. Hermione se puso de rodillas ante él y miró el rostro de éste. Parecía como si estuviese dormido... En las frías manos del chico, se encontraba el diario de Tom Riddle.
Como le había llegado el hechizo de Avada Kedabra, se había quemado gran parte y ya no era una amenaza.
Los dementores ya habían sido enviados a Azkaban y al Ministerio, varios mortífagos habían muerto en aquella batalla y otros se rindieron para ser encarcelados.
Había sido una batalla dura, pero por fin había acabado todo. Todos aquellos que estaban heridos, fueron llevados al hospital de magos y también los que habían fallecido.
Los seis compañeros esperaban en el pasillo junto con los Weasley, los Clark y los profesores.
Hermione no cesaba de llorar, pues había perdido al chico del que se había vuelto enamorar e ilusionar.
Entonces, de la habitación en la que se encontraba Draco Malfoy, aparece Pansy Parkinson custodiada por dos agentes del Ministerio. La castaña se puso en pie para intentar decirle algo, pero la joven Slytherin se le adelantó al mirarla con los ojos llenos de lágrimas.
Esto le hizo pensar que estaba muerto definitivamente y comenzó a llorar más amargamente.
DRAMIONE |
DRACO MALFOY |
GINNY WEASLEY Y HARRY POTTER |
LUCIUS Y DRACO MALFOY |
NEVILLE LONGBOTTOM Y LUNA LOVEGOOD |
RON WEASLEY, HERMIONE GRANGER Y HARRY POTTER |
SEVERUS SNAPE |
no entiendo la imagen de draco con hermione
ResponderEliminarHola y gracias por leer el blog ^^. Sí, es cierto que no tiene mucho que ver con lo narrado... Por mucho que buscara una imagen que se le acercara más al capítulo, lamentablemente no hallaba ninguna que me convenciera del todo. De todas formas, espero que te guste esta posible historia y gracias por tu sincero comentario :). Saludos.
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